domingo, 21 de marzo de 2010

El Preguntón

Para que no se diga que os tengo abandonado en estos días que tengo más ajetreo en los estudios, os dejo una maravillosa pregunta.

Por 32 céntimos de yen y un recorte de morro:
-¿No nos puedes poner unos cafelitos?

Por mis ganas de haberle dicho lo siguiente:
-¿Te lo saco por la impresora?

Yo quiero ir a esos hoteles en los que los recepcionistas hacen de camareros y los mostradores son barras de bar... ¡qué poco mundo he visto!

viernes, 12 de marzo de 2010

Sobre descuentos

Si hay una nacionalidad que me ha dado problemas a lo largo de mi carrera, esa es la italiana. Especialmente si se trata de hembras italianas, con las que he tenido buena gresca (y dejad vuestra mente donde está, que no me refiero a escarceos de cierto tipo). Pero de esos altercados hablaré en otro momento, hoy me centro en los descuentos.
Y es que los italianos parecen tener obsesión con ellos.  Pero me gustaría empezar con "el Jedi". Este personaje bien podría haberlo apodado "Caracortada" o directamente "Carademacrada", pero lo de Jedi le viene que ni pintado. Marroquí de nacionalidad, al igual que todos, venía con el regateo por delante. Ya puedes dejarle la habitación a un céntimo de euro, que ellos te pedirán que se lo dejes por un milésimo de euro, o diez habitaciones por un céntimo. Este en concreto me lo crucé un par de veces, y la primera ya quiso hacer muestra de su poder, de su control de la "fuerza". "El Jedi" estuvo muy hábil cuando, al darle yo 36€ de precio, con un movimiento de mano que podría haberlo ejecutado el mismísimo Obi Wan Kenobi intentó dominar mi mente. "Treinta", dijo él, y estuve a punto de sucumbir ante esa mirada fija en mis ojos y ese movimiento de mano, con la palma apuntando a mi rostro, trazando un círculo completo. Suerte que soy nieto de Yoda (bueno, de su mayor admirador) y me mantuve firme: "Treinta y seis", y es lo que hubo.
Para la segunda ocasión dejó los "Jedi Mind Tricks" y optó por la lógica aplastante:
-"Scheeeee que es la segunda vez que vengo."
Lo que yo diga, aplastante.

A fin de cuentas, en Marruecos el regateo es una costumbre, parte de su cultura. Pero en Italia  debo suponer que es común pedir descuentos ante cualquier contrariedad.
Claro, podemos estar de acuerdo ante esta actitud que es completamente comprensible, pero hasta cierto punto. Por ejemplo, ¿que hay de aquel grupo de italianos, 3 parejas si mal no recuerdo, que en el Hotel "Emperador" me pidieron descuento en TODAS sus habitaciones porque en el suelo había inscrustados un par de puntos negros? Pero puntos de un tamaño que es necesario agacharse para siquiera atisbarlos. De estos que puedes pasar diecisiete veces por encima y no lo ves ni aunque el punto te grite. Me los imagino entrando en cuclillas a la habitación, todo un ritual. O quizás trabajando en equipo:
-"Tu revisa el cuarto de baño que yo miro debajo de la cama."
-"Ey no, siempre me toca el baño, hoy quiero buscar restos orgánicos en el colchón."

Algunos rozan el umbral de la desfachatez, y en esto la palma no se la lleva un italiano, sino una rumana. Si parece absurdo pedir descuento por un par de puntos insignificantes, ¿que os parece que el fallito ni siquiera se encuentre en la habitación?
La cosa es así: en el Hotel "Emperador" cerrábamos la puerta después de la hora de cenar, por seguridad. Ahora bien, cosa de los años, la puerta no era especialmente fácil de abrir una vez se cerraba. Vaya, nada que no pueda arreglar Recepcionistaman con un tironcito de nada. Pues esta señorita, ante esta pequeña circunstancia que en nada afectaba a su estancia, sugirió (eso sí, muy suavona) que aquello era motivo de hacerle un descuento. Venga, amiga, a la próxima.... Es como pedir una reducción de impuestos porque un escalón del Ayuntamiento ha sido cagado por una paloma. Quizás en Rumanía funcione.

Moraleja: cuando viajes a Italia o Rumanía, no os olvideis la lupa. Y probad todas las puertas. Hasta esas que ponen "Privado", que os podeis llevar un 2x1.

Como ahora, que os habeis llevado 3 personajes/anecdotas en una sola entrada. Por las molestias.
Feliz estancia.

sábado, 6 de marzo de 2010

05/03/2010 Cierre del día

Hoy ha hecho un buen temporal. Aunque no es que me haya enterado. He acabado pronto con el papeleo, a las 0.30. Un día más, no he conseguido batir el record del Buscaminas. A quien hace los descansos en cocina a "Little Shell" y a mi no se nos ha caido ningún croissant del carro al subirlo por las rampas. Le estamos cogiendo el truco. 
Un grupo de insurgentes ha montado un cónclave en el mostrador porque uno de ellos, aunque muy gallito, le daba miedo el viento. Se preguntaba, así de primeras, si les devolverían el dinero de no querer ir. Ha acabado por llamar (dedos míos mediante) a la chica que les vendió los tickets, y su respuesta fue negativa, con la consecuente bronquita del señor gallito. Tras el desayuno, más conspiraciones lideradas por Mr. Cock, mucha mala idea, inquina. Pero cuando llegó el guía de la excursión a recogerlos, todos "callaos como putas". Si me permiten la expresión.
He hecho desayunar a un señor como si estuviera en prisión, en 3 minutos y 2 segundos, por un error de percepción. Le he dicho que su autobús salía en 5 minutos, cuando en realidad era en 20.

Por lo demás todo bien. Hace mucho viento, espero que mi compañero, ese que me deja comentarios en el blog, no se caiga de la moto. Aunque no me vendría mal, que con la ventolera que hace fuera, no hace día de salir..

viernes, 5 de marzo de 2010

La Pregunta de la Semana

Esta pregunta no me la hizo un cliente, se la hago yo al mundo, a Murphy y a vosotros, queridos lectores.
Digo yo, (que a lo mejor soy demasiado raro, no lo se) que si alguien se está ahogando toooodo el santo día durante cada una de sus horas con una insuficiencia respiratoria de aúpa,
¿Por qué bajais a que llame a Urgencias a las 4.30 de la mañana pudiendo haberlo pedido a las 22, a las 20 o a las 18.43?
(que además, no estoy yo a esas horas)
 
Que lo mismo hasta que el señor no está terminal no se convencen de que mu' sano del to', no está.  
-"Mariano, mira que no me fío, yo te veo muy bien" 
-"IIIIIIIHHHH.. IIIIIIHHHHH... IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHH!"
-"¿Qué dices querido?
-"IIIIHHHH.... HIIIIIIJA PUTA QUE ME AHOGO!"
En fin, esta es una de las miles de preguntas sin respuesta acerca del "cliente de hotel", ese gran desconocido.

jueves, 4 de marzo de 2010

Recepcionista-Man, Capítulo 1

Madrugada del 16/02/2010
Hotel Umbrella
Torremolinos

No es una noche tranquila. La intensa lluvia que azota el hotel con la inestimable ayuda del viento me hace recordar aquellas palabras que me marcarían para siempre:
"Un gran puesto de trabajo conlleva una gran responsabilidad. Tú no tienes un gran puesto de trabajo, y encima tienes una gran responsabilidad... mu listo del to', no eres..."
No le faltaba razón a ese carcamal...


...Algún que otro trueno se dejó oir. Y las primeras llamadas de socorro de la noche. El Recepcionófono me sacó de mi ensimismamiento, ¡¡¡unos clientes estaban en peligro!!! La lluvia estaba haciendo estragos en la estructura del edificio, caños de agua caían del techo, el hotel parecía un submarino hecho un colador. Sin perder ni tres minutos (dos y medio exactamente) me dirigí hacia donde se encontraban los ancianos en apuros. 
La situación era aterradora: ¡resultaba imposible sentarse a hacer de vientre sin mojarse el flequillo! Los clientes estaban desolados. Requeriría de todo mi poder para tranquilizarlos. Me concentré y lo conseguí: "Mmmm si son tres gotillas. ¡¡Si aún no les llega el agua a las rodillas!!". Nunca subestimeis el poder de una buena rima.
Pero la situación requería de mis dotes de explorador. Los clientes querían dejar el jacuzzi por una habitación seca. Lo sé, hay gente muy caprichosa. Sin más dilación monté en el Recepciascensor y me encaminé hacia la habitación superior. Mis sospechas eran ciertas: se ve que habían trasladado la piscina a aquel cuarto de baño. Ahora sabía exactamente lo que había que hacer. Recepcionistaman saboreaba de nuevo la victoria.
Bajé empleando gran parte de mis energías en mi superpoder Cara de "haremos lo que podamos". Al llegar, un atún me cortaba el paso, pero cambié la Cara de "haremos lo que podamos" por la Cara de Japonés Pescador y dejó el paso franco. Ahora nada se interponía con mi destino. Con valentía me acerqué a los clientes y, recuperando la cara anterior, lo solté todo: "Esto va a ser que se cuela de la habitación de arriba. Se conoce que entra agua en el WC. Los cambiaremos de habitación. Pero mañana si acaso, no se agobien con prisas innecesarias. Ea. Ahí os quedais."...

...Sí, aquella noche descubrí el significado de las palabras de mi jefe. Ser Recepcionistaman conlleva una gran responsabilidad. Pero los boquetes del hotel que los arregle el servicio técnico.